miércoles, 27 de abril de 2011

ROMANOS CAP. 12 CUARTO PARCIAL


LOS DONES ESPIRITUALES
INTRODUCCION
La Biblia dice que cada cristiano ha recibido un don y que cada uno le es dado la manifestación del espíritu para provecho. Algunos cristianos poseen varios.
Muchas veces pedimos para saber la voluntad de Dios, sin darnos cuenta que esta voluntad está escrita en nuestro propio ser. Percibimos esta voluntad cuando discernimos nuestros dones.
I. LA IMPORTANCIA DEL TEMA
El tema de los dones espirituales y la edificación de la iglesia es importante por lo siguiente:
Por el punto de vista doctrinal
La obra especial de Dios hoy en el mundo es la de edificar su Iglesia (Mt.16:18; Hch. 15:14; Ef. 2:14-16).
 Si el plan distintivo de Dios para nuestros días es el crecimiento numérico y espiritual de su Iglesia, no debe ser este crecimiento también nuestra meta principal?
La Biblia explica el desarrollo de la Iglesia utilizando la figura de un cuerpo, en el que cada miembro tiene una función especial.
La Iglesia dinámica es aquella en que cada miembro se activa, sirviendo según las capacidades o dones espirituales que Dios le ha dado.

Por el punto de vista práctico
La falta de una orientación bíblica adecuada ha dejado dos serios problemas en nuestras iglesias.
Uno es el de la ignorancia
Por no haber estudiado y comprendido esta doctrina, los hermanos no se dan cuenta del privilegio y la responsabilidad que tienen como creyentes en relación con su iglesia. Sin discutir quien podría tener la culpa, podemos afirmar que en muchas iglesias los hermanos activos son una minoría, y que la mayoría prácticamente no hace mas que asistir.
Otro es el de la confusión
Por no tener una base bíblica, muchos hermanos no saben que pensar del  movimiento carismático o pentecostal. Algunos se dejan llevar por esa corriente, sin analizar seriamente el enfoque bíblico al tema.
Otros reaccionan en contra de ella a tal grado que no quieren ni tocar el tema de los dones espirituales.
Si la iglesia de Jesucristo va a avanzar hacia la madurez espiritual, de acuerdo a Efesios 4:11-16 necesita entender y practicar lo que la Biblia enseña en cuanto estos dones.
II. DEFINICIÓN
Un don espiritual es un atributo especial que el Espíritu Santo da a cada miembro del Cuerpo de Cristo según la gracia de Dios para usarlo dentro del contexto de su cuerpo.
SU ORIGEN:
Según Romanos: 12:3 es Dios quien lo reparte. 1 Corintios 12.11 dice que el Espíritu los reparte Efesios: 4:7 indica que Cristo es quien los da.
SU NATURALEZA
Un poder especial fuera de lo innato
SU PROPÓSITO:
Dice: Efesios 4:12 “ ... a fin de perfeccionar (madurar) a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo ...” no son objetivos en si mismos sino medios para encabezar una reproducción que edifique al cuerpo de Cristo. El debido ejercicio de los dones producirá una iglesia en expansión y en profundidad, y al mismo tiempo levantará otros cristianos “para la obra del ministerio” produciendo una reacción en cadena.
PARA QUE SIRVEN:
La enseñanza clara del Nuevo testamento es que los dones espirituales se han dado para el bienestar de la iglesia local en primer término.
Como “miembros los unos de los otros” (Romanos 12:5) somos llamados a utilizar nuestros dones buscando el beneficio de los demás (1 Corintios 12:7) y la edificación del Cuerpo (Efesios 4:12). Los dones no deben usarse con fines egoístas, ni quedar escondidos, enterrados como el talento.
ABUSO DE LOS DONES
A. El primero es ensalzamiento de un don.
En algunos círculos es popular ensalzar un don por encima de los otros y se constituye como una categoría especial . los ciudadanos de primera clase están separados de los de segunda, a base de ejercicio de un cierto don o dones. Cuando esto ocurre, los dones pasan a ser fines en si mismos.
Glorifican al que los usa y no al dador. Benefician al individuo y no al Cuerpo. Producen orgullo y complacencia propia.
B. El segundo es la “proyección de los dones”.
La gente emplea la proyección de dones a los personajes históricos y no solo imponen un sentimiento de culpa en otros, sino que dejan de advertir la razón por la que otros son diferentes que ellos cuando tienen solo dos talentos que el Espíritu Santo les repartió como El quiso. (1 Corintios 12:11).
De modo que en este punto se pone en duda la sabiduría y soberanía de Dios aparte de que se crea un complejo de creador enel intento de conformar a otros en su propia imagen.

LO QUE LOS DONES NO SON
a. No deben confundirse con los talentos naturales.
Los talentos son las características que dan a cada individuo precisamente  su personalidad y el tenerlos no tiene nada que ver directamente con ser cristiano o miembro del Cuerpo de Cristo.
b. No deben confundirse con el fruto del Espíritu.
El fruto del Espíritu se describe en Gálatas 5:22-23. mientras los dones son  orientados a una tarea, el fruto es orientado hacia Dios.
c. No deben confundirse con los deberes cristianos.
Cuando se mira la lista de los dones se hace evidente que muchos de ellos describen actividades que se esperan de todo cristiano.
III. LA ENSEÑANZA BIBLICA
A.- En primer lugar, nos estimula a enseñar esta doctrina fundamental tanto a la congregación en general como a los nuevos miembros que vayan ingresando en ella.A la vez, nos llama al servicio. Lo mas importante para el creyente no es discutir esta doctrina, ni preguntarse cual es el don de Dios le ha dado. Debe comenzar sirviendo a Dios en toda oportunidad que se le presente, y se irá dando cuenta después de los dones que tiene. Es de suma importancia que cada creyente este desarrollando algún servicio en la Iglesia.
B.- En segundo lugar, señala la contribución especial de cada creyente. Por supuesto, el que tiene el don de administración debe estar dispuesto también a sacudir las bancas o a evangelizar; pero su contribución principal será en el ejercicio del don que Dios le ha dado.
La iglesia en la que cada miembro participa activamente usando su don en el poder del Señor, experimentará un crecimiento tanto en número como en madurez espiritual trayendo gloria a Dios.
IV. LA LISTA DE LOS DONES SEGÚN LA BIBLIA
Al hacer la lista de los dones mencionados en todos los pasajes bíblicos, nos damos cuenta de su gran variedad. Esta lista, aunque no sea completa, por lo menos abarca todos los aspecto importantes de servicio en la iglesia.

Es importante notar que la lista de dones en cada pasaje tiene relación directa con su contexto.
En Efesios 4 por ejemplo, el apóstol Pablo enfoca el papel de los líderes en el desarrollo de la Iglesia. Los dones mencionados en ese pasaje podrían llamarse “dones de liderazgo”.
En cambio, casi todos los dones mencionados en 1 Corintios 12 podrían llamarse “dones espectaculares“, Pablo habla de ellos porque el problema en Corinto era precisamente su abuso.
En Romanos 12, el apóstol comienza una sección práctica de su epístola.
Como fundamento para esta enseñanza, presenta la doctrina de los dones
espirituales dentro del cuerpo de Cristo.
Los dones mencionados en Romanos 12 podrían considerarse como
dones generales”, o sea dones que normalmente funcionan dentro de la
iglesia local.
La norma para hoy es Romanos 12, no 1 Corintios 12 como algunos
sugieren.
Es probable que Pablo ni habría mencionado los dones espectaculares en
1 Corintios si no hubiera existido un serio problema relacionado con ellos.

ROMANOS 12: 6-8
1.- Profecía (predicación, declaración inspirada)

2.- Servicio (ministerio).

3.- Enseñanza (no confundirla con la enseñanza secular) 

4.- Exhortación (estimular la fe, dar ánimo).

5.- Dar(ofrendas, contribuir, compartir, generosidad)

6.- Liderazgo (Autoridad, regir, administrar)

7.- Misericordia (simpatía, consuelo al afligido, amabilidad

1 CORINTIOS 12:8-10 ; 28 –30
(No se repiten aquí los que se han puesto en
Romanos)
8. Sabiduría (Buen consejo, palabras sabias)

9. Conocimiento (Estudio, palabra de conocimiento)

10. Fe
11. Curación
12. Milagros (Hacer portentos)

13. Discernimiento de espíritu (Discriminación en asuntos espirituales)

14. Lenguas (Hablar lenguas no aprendidas, expresión extática)

15. Interpretación de lenguas.
16. Apóstol.
17. Ayuda.
18. Administración. (Gobierno, organizar a otros para el trabajo.

EFESIOS 4:11
(No se repite ningún don anterior)
19. Evangelista
20. Pastor
Un punto que no debe perderse de vista es la importancia de cada uno de los dones.
No debemos pensar que el hermano cuyo don de servicio se realiza en la limpieza del templo tenga un lugar inferior al que utiliza el don de enseñanza en la escuela dominical.
La contribución de cada creyente es de vital importancia para la Iglesia.

miércoles, 30 de marzo de 2011

ROMANOS CAP. 9-10-11

CAPÍTULO 9
Introducción
Los capítulos 9 al 11 de Romanos forman una unidad. El tema de los tres capítulos es la nación de Israel (ver 9:3-4; 10:1, 21; 11:1-2, 26, 28). En cierto sentido, estos capítulos son un paréntesis. La corriente del pensamiento de Pablo podría haber seguido del capítulo 8 directo al capítulo 12. En los primeros 8 capítulos, Pablo ha expuesto el Evangelio de Dios, es decir, las buenas nuevas de la JUSTIFICACIÓN (Romanos 1-5), SANTIFICACIÓN (Romanos 6-8) y GLORIFICACIÓN (Romanos 8). En el capítulo 12, él trata con las implicaciones prácticas del evangelio (cómo la verdad del evangelio debe afectar nuestro diario vivir en cuanto a Dios y a nuestro prójimo). De modo que el capítulo 8 debería desembocar naturalmente en el capítulo 12, pero en vez de hacer eso, Pablo nos da un paréntesis de tres capítulos en los cuales nos ayuda a entender donde cabe la nación de Israel en los planes y propósitos de Dios.
Esta sección comienza con una GRAN TRISTEZA (9:1-3) y termina con una GRAN DOXOLOGÍA a Dios (11:33-36). Una manera sencilla de ver estos tres capítulos es como sigue:

Capítulo 9
trata principalmente con el PASADO de Israel (como el pueblo escogido y privilegiado de Dios).
Capítulo 10 trata principalmente con el PRESENTE de Israel (como una nación que ha rechazado someterse al evangelio de Dios).
Capítulo 11 trata principalmente con el FUTURO de Israel (una nación que algún día será salva y que disfrutará el cumplimiento de las promesas nuevo pacto).
Para entender esta sección, tratemos  de ponernos en los zapatos de los que vivieron en el primer siglo y tratemos de entender el PROBLEMA JUDÍO.

Hecho #1
—Los israelitas son el pueblo escogido de Dios (Deuteronomio 7:6-9; Romanos 11:28).
Hecho # 2— Dios prometió a Su pueblo escogido que ellos disfrutarían de un glorioso reinado bajo su Mesías (Daniel 7:13-14; Isaías 2:1-5; 9:6-7; 11:1-9; Jeremías 23:5-8; 31:31-37; 33:14-16; Lucas 1:32-33).
Hecho # 3—La nación de Israel (al menos la gran mayoría de la nación) rechazó a su Mesías cuando vino a la tierra (Juan 1:11; Mateo 12:22-24; Mateo 21:33-46; 27:22, 23, 25; Juan 19:15; Hechos 22:22; 1 Tesalonicenses 2:14-15).
Hecho # 4—Cuando recién comenzó la iglesia, ésta estaba formada enteramente por creyentes judíos (Hechos capítulo 2, el Día de Pentecostés). Pero lentamente esto cambió. Con el paso de los años entraban cada vez más gentiles a la iglesia y cada vez menos judíos (vemos esto a medida que transitamos a través del libro de los Hechos y también en el transcurso de la historia de la iglesia). Hoy día (y esto ha sido así a través de gran parte de la historia de la iglesia) la iglesia se compone casi completamente de creyentes gentiles. Damos gracias a Dios por los judíos que han creído en Cristo como su Mesías y como su Salvador, pero son pocos en número. La nación como un todo está ciega, aunque felizmente hay algunas excepciones (ver Romanos 11:25).
¿Estás empezando a ver el problema? Los hechos #1 y #2 parecen contradecir los hechos #3 y #4. ¿Qué ha sucedido con el glorioso reino de Israel? ¿Qué ha sucedido con todas las promesas que Dios ha dado a los judíos? El programa de Dios en el presente (la iglesia) comprende principalmente a los gentiles y no a los judíos. ¿Por qué es esto así? ¿Ha desechado Dios a Su pueblo (comparar Romanos11:1)? ¿Ha terminado Dios con la nación de Israel? ¿Tiene la nación algún futuro en el programa de Dios?
Ponte en el lugar de un judío del primer siglo. El evangelio que predicaba Pablo era cierto o era falso. Jesucristo, a quien Pablo predicaba, era el verdadero Mesías o no lo era. De modo que tenemos dos alternativas: 1) El evangelio que predicaba Pablo no es cierto y, por lo tanto, Jesucristo no es el verdadero Mesías y entonces tenemos que seguir esperando la venida del verdadero Mesías. Si esto es así, la razón por la cual el Reino no ha llegado aún, es porque el verdadero Mesías aún no ha venido. 2) El evangelio que predicaba Pablo es verdadero, por lo cual Jesucristo es el verdadero Mesías. Si esto es así, ¿por qué no hay un reino? ¿Por qué sigue sufriendo en este mundo el pueblo judío? ¿Por qué no se han cumplido las promesas, en cuanto al reino, del Antiguo Testamento? ¿Ha desechado Dios a Su pueblo? DIOS NOS HA DADO LOS CAPÍTULOS 9-11 DE ROMANOS PARA RESPONDER ESTAS PREGUNTAS.

Estas cuestiones son muy relevantes también en nuestros días. Hoy en día hay numerosos cristianos profesantes, especialmente aquellos bajo la influencia de la Teología Reformada/del Pacto, que niegan que la nación de Israel tenga alguna esperanza de un futuro reino en la tierra bajo su Mesías, tal como ha sido predicho en cientos de profecías del Antiguo Testamento. Algunos enseñan que la IGLESIA ha heredado las promesas que fueron hechas a ISRAEL. Otros enseñan que el reino ya está aquí y que Cristo está reinando espiritualmente en los corazones de Sus creyentes. Aunque hay un sentido en que esto es cierto, esto no resuelve el problema de que hay cientos de promesas y predicciones referentes al reino que aún no se han cumplido. ¿Quiso Dios realmente decir lo que dijo acerca del reino y de la venida del Mesías o no? De modo que los capítulos 9-11 de Romanos son capítulos de vital importancia para entender correctamente el lugar de Israel en el programa de Dios.
¿Qué está haciendo Dios con la nación de Israel? La respuesta es básicamente doble:
  1. Dios tiene para el judío HOY un maravilloso plan y propósito, pero este plan y propósito no puede cumplirse hasta que la persona judía crea en el Señor Jesucristo (ver Romanos 10:9-13; 11:1-5).
  1. Dios tiene un maravilloso plan y propósito para el judío MAÑANA, pero este plan y propósito no puede cumplirse hasta que el verdadero Mesías de los judíos venga a la tierra por segunda vez. Ver Romanos 11:25-28. La presente incredulidad de Israel y su rechazo del evangelio no impedirán que Dios cumpla para con Israel cada una de Sus promesas referentes al reino.
Deberíamos notar que en esta presente era de la iglesia (que ha durado como 2000 años) no fue revelada en el Antiguo Testamento. El judío del Antiguo Testamento miraba hacia el futuro distante y veía la cima de una montaña que era la venida del Mesías y la gran edad el reino. No se daba cuenta que lo que estaba viendo era en realidad dos cimas de montañas con un valle entremedio:
Consideremos algunos pasajes del Antiguo Testamento que ilustran ésto:
1) ISAÍAS 9:6-7
El versículo 6 habla del nacimiento del Mesías y el versículo 7 habla de Su reino, pero no se da ningún indicio de que estos dos eventos están separados por cientos de años.
2) MIQUEAS 5:2
El Mesías tenía que nacer en Belén y ÉL tiene que gobernar en Israel. Sólo se cumplió lo primero en Su primera venida.
3) ISAÍAS 61:1-2 (comparar Lucas 4:18-19)
El Señor Jesús sabía donde detener la lectura, porque Él sabía cual parte de este pasaje se cumpliría en Su primera venida. El día del juicio espera Su segunda venida.
4) ZACARÍAS 9:9-10
¿Cuál parte de esta profecía se cumplió en la primera venida del Señor? (Comparar Mateo 21:4-5). ¿Qué parte de esta profecía tiene que esperar un cumplimiento futuro?
5) LUCAS 1:31-33
Esta profecía del Nuevo Testamento es similar a las profecías del Antiguo Testamento ya mencionadas, en la parte relativa a Su primera venida y una parte tiene que esperar un cumplimiento futuro en Su segunda venida.
Cuando el judío del Antiguo Testamento leía su Biblia, él sólo podía ver una venida. Hoy estamos viviendo en el período entre las dos venidas de Cristo, durante el cual ÉL está edificando SU IGLESIA (Mateo 16:18) y tomando de entre las naciones pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). Cuando leemos nuestra Biblia hoy, tenemos la ventaja de estar más capacitados para poder ver mejor dos venidas distintas de Cristo –una ya es historia y la otra aún es profecía (ÉL ha venido y ÉL volverá nuevamente).

Romanos 10
En el cap. anterior, Pablo habló de Israel en términos de elección. En este cap. analiza la situación del pueblo desde la perspectiva de los factores humanos, la ignorancia de Israel (1-4); La necesidad de comprender el evangelio (5-13), la necesidad de la proclamación del evangelio (14-15) y la respuesta de la fe (16-21).

1. (10,1-4) Pablo no acusa a Israel simplemente para criticarlo; él examina con emoción la actitud de Israel. Justamente es esta actitud, razón más que suficiente para que él dirigiera su oración a Dios a fin de que Él les abra los ojos para ver la salvación en Jesucristo. Cuando Jesús vino, Israel no lo reconoció como el Cordero de Dios. Por lo tanto, aunque muestran mucho celo (y Pablo lo sabe de su propia experiencia, antes de su conversión), tal celo es sin entendimiento del camino del Señor. Un celo sin entendimiento no es más que fanatismo. El pueblo no comprende que la justicia de Dios es un regalo que excluye las innumerables exigencias. Por lo tanto, no viven de la justicia de Jesucristo y de su obediencia, ni aceptan la entrega de su vida por nosotros. En vez de aceptarla, están construyendo su propia justicia, no sabiendo que es un fracaso, ya que "todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia" (Is.64,6). No han comprendido que Cristo es el fin de la ley. `Fin' no significa aquí `propósito', sino `terminación'. Jesús ha abrogado la ley en el sentido de medio para salvarse, pero no para abrir la puerta hacia una vida autónoma, sin trabas. Ahora cuando se ha revelado la justicia de Cristo (mediante su obediencia y sacrificio) hay un camino de salvación que está abierto para todos, también para los gentiles quienes nunca podrían vanagloriarse de su cumplimiento de la ley de Dios.

* La justicia de Dios es una justicia que regala, regalándonos el perdón. ¿Oramos por el pueblo de Israel y por los demás que no entienden esto?

2. (10,5-13) Pablo encuentra una gran diferencia entre el camino sin salida (la ley) y el camino que llega a Dios en las Escrituras del Antiguo Testamento. Emplea dos citas de la Torá, una de Levítico (18,5) y otra de Deuteronomio (30,11-14). La primera cita dice que el hombre que haga estas cosas (guardar los mandamientos de Dios) vivirá por ellas. El camino hacia la salvación es el de obediencia a Dios, pero esta obediencia es imposible debido a nuestra naturaleza pecaminosa que no se puede someter a Él. Pablo emplea la segunda cita de Deuteronomio sólo para mostrar que hay un camino que es realmente accesible. La palabra de la alianza de Dios está tan cerca, que no es necesario hacer cualquier empeño para llegar a Dios. Así es el evangelio, como Moisés dice en Deuteronomio 30, que no tenemos que buscar la justicia muy lejos, sino que ella está muy cerca. No dependemos de nuestros esfuerzos para llegar a Dios, como si tuviéramos que subir al cielo o descender al abismo. Esforzarse para llegar a Dios es negar la obra de Cristo. Él subió al cielo  con su sacrificio consumado; Él murió y fue sepultado, pero también resucitó. No tenemos un Cristo muerto, sino vivo; cuya obra es válida ante el Padre para cubrir todas nuestras culpas. La justicia está muy cerca: no la alcanzamos por medio de nuestro empeño, sólo por Cristo. Somos salvos si confesamos con la boca que Jesús es el Señor, y si creemos de corazón que Dios le levantó de los muertos. Cristo es el Señor: Él dispone de gracia y perdón para ofrecérsenos a nosotros gratuitamente. Él murió y resucitó para ganar una salvación completa. Todo aquel que creyere en Él, no será avergonzado; sea judío o sea gentil, porque no hay diferencia. La sola obra de Cristo es suficiente para todos los que invocan su nombre. Invocar el nombre del Señor es una cita de Joel 2, ya aplicado por Pedro en Hechos 2 a Cristo. El que acude a Él para salvación la obtendrá.

* ¡Cuán importante es la venida de Cristo para todos los que creen en Él!

3. (10,14-15) Las últimas palabras de Pablo nos muestran la necesidad de la obra misionera. ¿Cómo pueden los gentiles invocar el nombre del Señor si no conocen su nombre? Y solamente pueden conocer su nombre cuando haya alguien que se los predique. Y se predica sólo cuando se envía. Así Pablo funda la misión de la iglesia en Dios mismo. Él ha enviado a los apóstoles (significa ¡enviados!) para predicar el evangelio y ellos, a su vez, han involucrado a los miembros de la iglesia para participar en esta tarea. Las palabras que Pablo usa, son como una cadena (comparece Romanos 8,30): invocar, creer, oír, ser enviado, predicar. Dios se encarga de que el evangelio sea predicado por todo el mundo. Pablo confirma esto con una cita del AT: "¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (Is. 57,7). Allí son las buenas nuevas a los exiliados en Babilonia a los cuales Dios hará volver a su patria. Con mayor razón se debe predicar el evangelio a los cautivos en el pecado: en Cristo hay una salida de emergencia.

* Si queremos que la gente conozca al Señor, prediquemos entonces el evangelio.

4. (10,16-21) Pablo lucha con el hecho de que tan pocos Israelitas creen en este evangelio. ¿Por qué? La fe es por el oír, pero, ¿no han escuchado ellos el evangelio? Tomando un versículo del Salmo 19 donde el salmista se refiere a los cielos que por todo el mundo cuentan la gloria de Dios, Pablo quiere decir que también el evangelio ha corrido por todo el mundo. Aunque es lenguaje simbólico, en realidad el evangelio sí ha salido a gran parte del mundo y ha llegado a muchos de los judíos. También ellos habían entendido su intención (v.19). Dios hará que el pueblo se sienta celoso, ya que un pueblo insensato (sin conocimiento) le adelantará, pues éste recibirá la gracia de Dios en Jesucristo. Israel, sin embargo, lamentablemente no quería aceptar el evangelio; por lo tanto, Dios se dirige a los otros pueblos del mundo; así que, los que no han buscado a Dios, Él los ha encontrado y se ha revelado a los que no preguntaban por Él. Eso es amor elector divino, sin obras. ¿Cuál es la razón por la que Israel no ha respondido? No está en el Señor, pues las manos del Señor constantemente estaban extendidas a Israel, pero éste se ha portado como un pueblo rebelde. Aquí tenemos la razón por la que no aceptaron el evangelio, ni la justicia de Cristo: su rebeldía. Sin embargo, Dios no ha dejado de amar a Israel. En el capítulo 11 Pablo va a mostrar que también Israel recibirá la salvación en el tiempo destinado por Dios.

* Existe gran necesidad por la predicación del evangelio y gran responsabilidad con respecto al escuchar el evangelio.

Síntesis aplicativa de temas importantes
1a. La oración por la salvación de los perdidos debe ser una petición constante delante de Dios. Esto debe ser un anhelo que nace del corazón y se expresa en una oración intercesora que clama por la incorporación de los perdidos al pueblo de Dios. Así que no debe ser nunca una oración fría, carente de toda pasión.
1b. Es probable pretender servir a Dios y creer que es así, pero sin tener una relación viva con Cristo. El apóstol Pablo puede ser testigo -y lo dice por experiencia propia- del celo que sienten los judíos hacia las cosas de Dios. Pero este celo carece de sentido cuando dejan de lado la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo. Puede haber mucho empeño religioso, pero si no estamos unidos a Cristo, todo lo que hagamos es fruto de nuestra carne, y nada más que fanatismo, el mismo que se ve en otras religiones.
1 y 4. Podemos vivir en incredulidad por falta de conocimiento o por rebeldía. Lo último es lo peor. Los judíos habían escuchado la palabra del Señor, habían entendido su significado, pero no lo habían aceptado. No querían dejar su propia justicia (ser justos a sus propios ojos por todo lo bueno que habían hecho). Cuanto más `religiosos' somos, más difícil se nos hace vivir de la gracia; descansando sólo en nuestras propias obras, y no en la obra de Cristo.
2. Cristo es el fin de la ley; Él puso término a ella. El evangelio muestra, para aquellos que lo han abrazado, que nunca, por sus propias fuerzas, serán capaces de obedecer a Dios y guardar sus santos mandamientos, y les revela que hay otra justicia: la obediencia de Cristo y su sacrificio vicario en la cruz. Dios está contento con Jesús y con todos aquellos que esperan toda su salvación de Él.
3. La incredulidad por falta de conocimiento, muestra la urgencia de la predicación del evangelio a todas las naciones. Dios en su misericordia envió a su Hijo para morir; envió su Espíritu para obrar en los corazones; envió a ... nosotros para que fuéramos instrumentos a fin de llamar a la gente a la reconciliación con Dios.

 

miércoles, 23 de marzo de 2011

ROMANOS CAPITULO OCHO. TERCER PARCIAL

LAS OBRAS DEL ESPIRITU
EN LA VIDA DEL CREYENTE


TEXTO Romanos 8


En Rom 5:1-11, Pablo ya comenzó a describir algunos de los frutos de la justificación en la vida del creyente.    Ahora, habiendo contestado tres objeciones a su enseñanza, Pablo en Rom 8:1-39 vuelve al tema de los frutos de la justificación.    Romanos 8 es uno de los capítulos más gloriosos de toda la Biblia.    Tiene mucho contenido teológico y práctico.    Por falta de tiempo, tendremos que simplemente resumir las enseñanzas importantes en este capítulo, esperando que el estudiante tenga el interés de indagar más estos temas personalmente.   Podríamos dividir Romanos 8 en TRES SECCIONES.


1. LA LIBERACIÓN "EN CRISTO" DE LA CONDENACIÓN DE LA LEY (v.1-4)

En Rom 7:5 Pablo dijo que mientras una persona esté "en la carne", su naturaleza pecaminosa usa la ley de Dios para manifestar su esclavitud al pecado, y por consiguiente lo condena ante Dios.    Sin embargo, Pablo añade que es posible para el hombre encontrar la liberación de la condenación "de la ley" (Rom 7:6).     La pregunta es, ¿cómo?    Esta condenación que la ley produce por medio de la naturaleza pecaminosa del hombre es el tema de Rom 7:7-25, y Pablo llega a la misma pregunta en v.24: "¿quién me librará de este cuerpo de muerte?"

El tema de Rom 8:1-4 es éste: “¿cómo puede Dios liberar al hombre de la condenación que la ley trae por medio de la naturaleza pecaminosa del hombre?"

En dar respuesta a esta pregunta, Pablo vuelve a enfatizar el tema central de toda la carta a los Romanos; es decir, que todo ser humano está en una de dos posiciones: o está "en la carne" (= "en Adán"), o está "en Cristo Jesús".    Veamos primero lo que Pablo dice acerca de estas dos posiciones, y luego notaremos cómo el hombre puede ser liberado de la condenación que viene por estar "en la carne".


a. El Hombre "EN LA CARNE" y el Hombre "EN CRISTO"


i. El Hombre "EN LA CARNE"

Los que están "en la carne" (= "en Adán") VIVEN "conforme a la carne" (v.1; comparar v.5); además, están sujetos a "la ley del pecado y de la muerte" (v.2; comparar Rom 7:5 y 8-11).     Por consiguiente, tales personas están bajo la condenación de Dios[1] (ver notas sobre v.5-11).

ii. El Hombre "EN CRISTO JESUS"

Por otro lado, la persona que está "en Cristo Jesús" VIVE "conforme al Espíritu" (v.1); además, "la ley del Espíritu..." lo ha "librado de la ley del pecado y de la muerte" (v.2).    Por consiguiente, tales personas ya no están bajo la condenación de Dios (v.1).


b. La LIBERACIÓN que Viene por Estar "en Cristo"

Ahora estamos listos para responder a la pregunta fundamental de toda la carta a los Romanos: “¿cómo puede el hombre ser librado de la condenación que viene por estar ‘en Adán’?”    Esta fue la pregunta que tanto inquietaba a Lutero, y fue el descubrimiento de la respuesta a esta pregunta que desató toda la Reforma Protestante.

Lo que Lutero descubrió, y lo que Pablo afirma en v.3, es que "la ley" (o mejor dicho, ‘las obras de la ley’) no podía liberar al hombre de la condenación de Dios; no porque la ley era mala, sino "por cuanto era débil por la carne" (v.3).    Como Pablo afirma en Rom 7:7-25, la ley, lejos de liberar al hombre, lo condenaba aún más; porque dado a su naturaleza pecaminosa, el hombre no podía obedecer la ley de Dios (Rom 7:18-23).

Lo que la ley no podía hacer, DIOS LO HIZO, "enviando a Su Hijo..." (v.3). ¿Qué fue lo que Dios hizo?     Pablo contesta: Dios "condenó al pecado en la carne"[2] (v.3).    ¿Con qué propósito?     Pablo dice: "para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros..." (v.4).     Y ¿cuál es el resultado de todo esto?     Pablo dice: "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús" (v.1).


Rom 8:1-4 contiene mucha doctrina, y hay que estudiar y meditar bien sobre estos versos para realmente entenderlos.


2. EL CONTRASTE ENTRE ESTAR "EN LA CARNE" Y ESTAR "EN EL ESPÍRITU"
                                                                                                                                                (v.5-11)

Habiendo explicado en v.1-4 cómo el hombre puede ser liberado de la condenación que viene por la ley, Pablo pasa a notar el gran contraste entre los que están "en la carne" y los que están "en Cristo".


a. La Condición Espiritual de los que Están "EN LA CARNE" (v.5-8)

Pablo dice ciertas cosas muy claras acerca de las personas que están "en la carne" (= "en Adán").


i. "piensan en las cosas de la carne" (v.5)

El verbo "pensar" (Gr. "fronein") tiene un sentido amplio aquí.    Significa todo uso de la mente y del corazón.    Los que están "en la carne" viven únicamente para "las cosas de la carne" (ver Efe 2:3).    Ver v.6, "el OCUPARSE de la carne..."

ii. "el ocuparse de la carne es muerte" (v.6)

Otra vez Pablo usa el término "muerte" en el sentido amplio de la palabra: muerte espiritual y física.     Ver Efe 2:1,5; 1 Tim 5:6.


iii. "los designios de la carne son enemistad contra Dios" (v.7)

El problema para el hombre que está "en la carne" no es simplemente que no puede obedecer la ley de Dios, sino que NO QUIERE HACERLO.    Él es un enemigo de Dios, y todo lo que hace es una expresión de su enemistad contra Dios.   Por eso decimos que Rom 7:14-25 no puede ser la experiencia de un hombre inconverso que no ha experimentado nada de la gracia de Dios; porque sin la obra previa de la gracia de Dios, el hombre "en la carne" nunca diría "me deleito en la ley de Dios" (Rom 7:22).


iv. "los que viven según la carne no pueden agradar a Dios" (v.8)

Para los que están "en la carne" les es IMPOSIBLE agradar a Dios.    Todo lo que hacen, aun las cosas aparentemente "buenas", no son agradables ante los ojos de Dios (Is 64:6).


Es a la luz de estos versículos que podemos entender mejor Rom 3:10-18.


b. La Condición Espiritual de los que Están "EN CRISTO" (v.9-11)

Los que están "en Cristo" viven otra realidad muy diferente.    Pablo describe esta realidad en v.9-11, aunque previamente ya había dicho ciertas cosas acerca de la vida de la persona "en Cristo".


 i. "[piensan]...en las cosas del Espíritu" (v.5, 9)

La mente y la orientación del creyente han sido fundamentalmente cambiadas.    El Espíritu de Dios mora en la persona que está "en Cristo", y por lo tanto es una nueva criatura (2 Cor 5:17).    El Espíritu Santo hace una obra interna en el hombre justificado (Sant 4:5; 1 Juan 3:9), con el resultado de que su forma de pensar cambia radicalmente (Juan 3:3; 1 Cor 2:12-16; 2 Cor 3:14-18; 4:6).


ii. "el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (v.6)

No es que el creyente simplemente tenga la esperanza por delante de tener una vida eterna, sino que ahora mismo goza de la bendición de la vida eterna (1 Juan 5:12), especialmente cuando hace caso a la obra interna del Espíritu Santo.    Si desobedece a la voz del Espíritu y peca, el hombre justificado ("en Cristo") perderá el sentido de paz, y esto le motivará al arrepentimiento.




iii. "si Cristo está en vosotros[3]...el espíritu vive..." (v.10)

Pablo afirma que hay dos consecuencias de estar "en Cristo".   Una es que "el cuerpo...está muerto".    ¿Qué significa esto?     Lo importante es notar qué es lo que ha causado la muerte del "cuerpo"; Pablo dice que es "a causa del pecado".    Esto indica que Pablo está hablando literalmente del cuerpo humano.    Pablo ya ha dicho que la muerte entró por medio del pecado (Rom 5:12).    Además, Pablo en Rom 6:12 habla del "cuerpo MORTAL" (ver también Rom 6:16,23).    Por lo tanto, podríamos traducir v.10, "el cuerpo es mortal a causa del pecado", o "el cuerpo está muriendo a causa del pecado".

Pero estando "en Cristo" la realidad del creyente es que tiene una nueva vida; una vida espiritual.    Su espíritu está vivo "a causa de la justicia (= justificación)".    El dilema para el creyente justificado es que arrastra un cuerpo que aún no ha sido redimido (ver Rom 8:23); un cuerpo que cada día es sujeto al desgaste (2 Cor 4:16) y que le causa tantos problemas en cuanto a las tentaciones.    Pero lo bueno es que su redención ya ha comenzado: el creyente justificado ya tiene una nueva vida espiritual (ver 2 Cor 4:10,11).


iv. "vivificará también vuestros cuerpos mortales..." (v.11)

La buena noticia que Pablo da en v.11, es que el mismo Espíritu Santo, que dio vida espiritual al creyente justificado, también hará algo con su cuerpo mortal - LO RESUCITARÁ (v.11).     Ver 2 Cor 4:14.    Por toda la eternidad el creyente tendrá un cuerpo celestial; un cuerpo que ya no le causará los problemas de las tentaciones que su cuerpo actual le trae.


3. RESPONSABILIDADES Y PRIVILEGIOS DE ESTAR "EN CRISTO" (v.12-39)

Habiendo expuesto que el hombre justificado ha sido liberado de la condenación de la ley, por estar "en Cristo" (v.1-4), y habiendo descrito las tremendas diferencias entre una persona que está "en la carne" y la persona que está "en Cristo Jesús", Pablo ahora pasa a describir las responsabilidades y los grandes privilegios que el hombre justificado tiene ante Dios.


a. La Responsabilidad de "hacer morir las obras de la carne" (v.12, 13)

Lo primero que Pablo dice es que el creyente debe matar "las obras de la carne" (v.13).    El cuerpo del creyente está muriendo, pero todavía le causa muchos problemas.    En Rom 6:6 notamos que el propósito de Dios en crucificar al "viejo hombre" era que "el cuerpo de pecado sea destruido".    La naturaleza vieja que el creyente aun tiene, le lleva a cometer pecados; lo que el hombre justificado tiene que hacer es crucificar los deseos carnales (Gál 5:24).     En otras palabras, Pablo aquí está hablando de la SANTIFICACIÓN del creyente.     Esto es algo que él tiene que hacer, con la ayuda del Espíritu Santo (v.13).

Debemos tener cuidado con nuestra interpretación del v.13a, "si vivís conforme a la carne, moriréis".    Pablo no está diciendo que el hombre justificado puede perder su salvación.    La muerte de la cual Pablo habla es la misma muerte del v.6.    Lo que Pablo está diciendo es que la obra de justificación que DIOS hace, va de la mano con la obra de santificación que el CREYENTE hace, con la ayuda del Espíritu Santo.    Todo hombre justificado se preocupará de su santificación; esta es la evidencia absoluta y contundente de que ha sido justificado.    Si un hombre afirma haber sido justificado, pero sigue viviendo "en la carne", esto es muestra de que nunca fue justificado, y por lo tanto tal persona morirá en sus pecados si no se arrepiente.


b. La Seguridad de Ser un Hijo de Dios (v.14-17)

La manera en la cual el hombre justificado puede hacer morir las obras de la carne, es por el Espíritu (ver Gál 5:16-17).    El creyente debe aprender a ser guiado por el Espíritu (v.14) en su lucha contra "las obras de la carne" (ver Gál 5:18).

El Espíritu Santo no sólo ayuda al hombre justificado en su lucha contra el pecado, sino que también le concede la seguridad de ser un verdadero hijo de Dios (v.15, 16).    Ver Efe 1:13,14.    Antes, estando "en Adán", el hombre vivía en la "esclavitud" al pecado y a Satanás; pero el hombre justificado es un hijo de Dios, y le sirve libremente (ver Rom 6:18-22).

Uno de los gloriosos beneficios de ser un hijo de Dios es que el creyente viene a ser un heredero de Dios, y coheredero con Cristo (v.17a).    El que antes fue un "impío" (Rom 5:6) y un enemigo de Dios (Rom 5:10), ahora viene a ser un heredero de todas las riquezas de Dios.    Aunque en este contexto Pablo evita el TRIUNFALISMO, hablando de la necesidad de sufrir con Cristo antes de entrar en la herencia (v.17b).


c. La Certeza de Participar en la Gloria Escatológica (v.18-25)

Tal como la creación misma está sujeta a "vanidad" (v.20) y a "corrupción" (v.21), con el resultado que "gime" (v.22) para ser liberada de todo el impacto del pecado, así también el hombre justificado es expuesto a las "aflicciones" (v.18), y gime internamente "esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo" (v.23).    Para la idea poética de la creación entera anhelando la salvación de Dios, podemos ver Is 55:12.

Pero en esta espera, el creyente puede tener absoluta confianza de su salvación final (v.24, 25).    Aquí debemos notar una vez más que el sustantivo "esperanza", y el verbo "esperar" (en el idioma griego), conllevan la idea de SEGURIDAD (ver Rom 5:2-5) y certeza.


d. Ayuda Divina en la Oración (v.26, 27)

Es el Espíritu Santo quien nos concede la seguridad de la salvación final (v.23; ver Rom 5:5), y es el mismo Espíritu Santo quien nos ayuda a desarrollar nuestra comunión con el Padre, por medio de la oración (v.26).


e. La Protección Absoluta de Dios (v.28-39)

Pablo es suficientemente realista para mencionar los sufrimientos que el creyente padecerá en esta vida terrenal (v.17b, 18a).    Esto provoca una pregunta: en medio de todas estas luchas y sufrimientos, ¿podrá el hombre justificado perder su salvación?    Ante esta interrogante, Pablo contesta rotundamente ¡NO!    La salvación final del creyente está absolutamente garantizada.    No tanto porque él podrá mantenerse fiel al Señor, sino porque el Señor se mantendrá fiel a Sus propósitos.    Es por eso que ahora Pablo comienza a hablar de los PROPÓSITOS de Dios (v.28).

Resumiendo este pasaje podemos decir lo siguiente.    ¿Cuál es la base de la seguridad de la salvación final del creyente?    ¿Cómo puede el creyente justificado estar plenamente seguro de su salvación?    Notemos las varias cosas que Pablo dice en respuesta a estas preguntas implícitas en este pasaje:


   i. Dios tiene el propósito de salvarnos (v.28-30).
  ii. Dios, con todo Su poder, está a favor nuestro (v.31-32).
 iii. Es Dios quien nos justifica (v.33).
 iv. Cristo intercede por nosotros (v.34).    Ver Heb 7:25.
  
La conclusión de todas estas afirmaciones es que "somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (v.37).

La doctrina de la seguridad de la salvación del creyente es clara a través de toda la Biblia (ver Juan 10:28-29; Fil 1:6; 1 Pedro 1:3-5; Judas 24-25).     Sin embargo, esta doctrina nunca debe ser interpretada en una manera que parezca implicar la pasividad del creyente, y que Dios salvará al hombre justificado aun contra su propia voluntad si fuera necesario.    El creyente tiene que luchar contra el pecado, y tiene que mantener su fe en Cristo; sólo así será salvo.    Pero al final, es Dios quien produce en el hombre justificado la fe que le ayudará a permanecer firme en su vida cristiana.    Es cierto que sólo el hombre que persevere hasta el fin será salvo; pero ningún creyente podría perseverar hasta el final sin la ayuda de Dios.    El mejor comentario sobre esta paradoja es Fil 2:12-13.


NOTA SOBRE LA PREDESTINACIÓN

En v.28-30, Pablo introduce la doctrina de la predestinación.   
 Esta doctrina ha sido fuertemente discutida por cristianos y filósofos por siglos, y no es posible aquí tratar este tema detalladamente.    
Por lo tanto, nos limitaremos a hacer los siguientes breves comentarios:

1. La doctrina de la "predestinación" (v.29-30) está íntimamente relacionada con el "PROPOSITO" de Dios (v.28b; comparar Rom 9:11). Nos parece que la clara enseñanza de la Biblia es que Dios, desde la eternidad, se ha propuesto salvar al hombre, y que esta salvación se centra en un propósito de Dios (2 Tim 1:9).

2. Dios es soberano, y por lo tanto Sus propósitos son soberanos.    En otras palabras, con Dios no hay nada contingente[4].    Pablo dice que Dios "hace todas las cosas según el designio de Su voluntad" (Efe 1:11).  Dios bien podría haber decidido salvar a todos los hombres; el hecho de que no todos son salvos indica que éste no fue el propósito eterno de Dios.    Es inconcebible que Dios se proponga hacer algo, y no lo logre.

3. Dios, entonces, tenía el propósito de salvar a ciertas personas.  Estas personas a quienes Dios propuso salvar son "llamados" (v.28, 30).   Aquí entra la doctrina de la "elección".   

4. Pedro habla de ser "elegidos según la presciencia de Dios" (1 Ped 1:2); algunos entienden esto en el sentido de que Dios desde la eternidad pudo ver quienes responderían a la oferta del evangelio, y por ende Dios eligió salvar sólo a estas personas.    Pero Pablo, en Rom 8:29, no habla simplemente de conocer de antemano la decisión de ciertas personas, sino que Dios CONOCIÓ A LAS PERSONAS MISMAS ("a los que antes conoció...").    Ver Jer 1:5.  Quizá el ejemplo más claro de esto es Juan el Bautista - él fue lleno del Espíritu Santo antes que naciera (Lucas 1:15,44).  Eso se debió a la decisión de Dios, no de Juan.   Es más, esta  enseñanza de que Dios eligió salvar sólo a los que Él pudo ver de antemano que iban a  responder al evangelio se contradice en Rom 9:15,16 y Juan 1:13).

5. La enseñanza paulina es que Dios desde la eternidad propuso salvar a ciertas personas.    A estas personas Dios "predestinó", "llamó", "justificó" y "glorificó" (v.30).    La salvación de estas personas está garantizada porque éste es el propósito de Dios. El ejemplo de Esaú y Jacob ejemplifica esto. Se supone que Esaú también podría haber sido progenitor de la nación de Israel.  Entonces, ¿por qué no lo fue?    ¿Simplemente porque él rechazó a Dios?   ¿O era porque Dios había elegido de antemano que Jacob iba a ser el padre de la nación de Israel?  Ver Rom 9:11.

6. Dios ofrece el evangelio a todo el mundo; pero por obra de Satanás y la propia pecaminosidad  del hombre, nadie puede responder a este evangelio aparte de la gracia de Dios (1 Cor 2:14; 2 Cor 3:14-17; 4:3-6; Efe 2:1-6).  Esta es la enseñanza de Juan y del Señor Jesucristo (Juan 3:3-11; 6:44,65)     El hombre no sólo no puede responder al evangelio, sino que tampoco desea hacerlo (Juan 3:19; 5:40).

7. Por lo tanto, si alguien va a responder al evangelio, esto depende de una obra de gracia de Dios previo a la respuesta del hombre al evangelio.  En otras palabras, Dios tiene primero que darle vida al inconverso para que éste pueda responder al evangelio (ver Juan 1:12,13; 5:21,25).   

8. Cristo no da vida espiritual a todos por igual, sino sólo a los que el Padre le dio de antemano para salvar (Juan 6:37,39; 10:29; 17:2, 6, 9, 24; 18:9).  Obviamente esto es equivalente a la  enseñanza de Pablo, en cuanto a la "predestinación" y de la "elección".    Ver también  Juan 10:14-16, donde entra la idea de "presciencia" (especialmente en el v.16).

9. El hecho de que el hombre natural no pueda responder al evangelio no quita su responsabilidad de hacerlo.  El hombre se ha hecho esclavo del pecado por su propia  voluntad, por medio de Adán - su representante legal ante Dios.   Además, el hombre es un esclavo del pecado por su propia voluntad (Rom 6:16).  Dios tiene todo el derecho de ordenar al hombre arrepentirse (Hch 17:30).    Su inhabilidad de hacerlo es parte del juicio de Dios sobre el hombre.


[1] Es importante aquí, y en todo Romanos 8, entender que Pablo no está hablando del creyente carnal (ver 1 Cor 3:1-4), sino del hombre INCONVERSO.    El hombre que está "en la carne" en Rom 8, equivale al "hombre natural" de 1 Cor 2:14.

[2] Esto fue lo que la ley no podía hacer.    La ley no podía condenar el pecado; lejos de condenar el pecado, la ley AUMENTABA el pecado (Rom 7:5,8).

[3] Aunque nuestro estar "en Cristo", y la morada de Cristo "en nosotros", son dos cosas diferentes, en realidad vienen a ser casi sinónimas (ver Juan 17:21).    Es por estar "en Cristo", que una persona será justificada, y siendo justificada encontrará que Cristo mora en él.

[4] El diccionario define "contingente" en la siguiente manera: "que puede suceder o no"; "parte proporcional con que uno contribuye, en unión con otros, para conseguir un fin".