La Relación del Creyente con la Ley
Los dos temas de Romanos capitulo 7 son 1) la relación del creyente con la ley y 2) la absoluta incapacidad de la ley para santificar. Comparemos Romanos capítulo 7 con Romanos capítulo 6:
Romanos 6 | Romanos 7 | |
Palabra Clave del Capítulo | PECADO (ver versículos 1, 2, 6, 7, 10-23) 11 veces | LEY (ver versículos 1-14, 16, 22, 25) 18 veces |
La Relación del Creyente | La Relación del Creyente con el Pecado | La Relación del Creyente con la Ley |
Dominio | El pecado domina (6:14) | La ley domina (7:1) |
Muerte | Yo morí al pecado (6:2) | Yo morí a la ley (7:1) |
Libertad | Libre del pecado (6:8) | Libre (libertado) de la ley (7:3,6) |
Novedad | Andar en VIDA nueva (6:4) | Servir en un régimen nuevo del ESPÍRITU (7:6) |
Fruto de la Carne Fruto del Espíritu (VIDA de Dios) | Romanos 6:21 Romanos 6:22 | Romanos 7:5 Romanos 7:4 |
Para tener victoria en la vida cristiana, el creyente tiene que SABER, CONSIDERAR y PRESENTAR (ver apuntes de Romanos 6).
La fe en la obra terminada de Cristo es clave. La tendencia humana es tratar de vivir la vida cristiana en la carne, por obras, por nuestro propio esfuerzo humano, por nuestro afán y desvelo, por nuestras luchas y contiendas, haciendo resoluciones, tratando de seguir reglas, normas y programas, etc.
Mientras más tratamos, tanto más fallamos. El tema de Romanos capítulo 7 es que la santificación (santidad) por medio de la ley no da resultado.
Breve reseña de Romanos 7:1-6
Versículo 1- Se expone el principio
Versículo 2-3 – Ilustración del matrimonio
Versículo 4 – Se da la aplicación
Versículo 5-6 – Se explica más ampliamente la aplicación
Versículo 2-3 – Ilustración del matrimonio
Versículo 4 – Se da la aplicación
Versículo 5-6 – Se explica más ampliamente la aplicación
Romanos 7:1
“Dominio” significa estar bajo el señorío de. La ley es señor sobre el hombre (gobierna al hombre), de modo que el hombre está sometido a la ley mientras vive. EL ESTÁ BAJO LA LEY MIENTRAS VIVE. Hay una sola cosa que puede romper la relación del hombre con la ley: MUERTE.
Romanos 7:2-3 (la ilustración del matrimonio)
“Mujer casada” – tiene un marido y está sujeta a él. “Está sujeta” significa “unidos” (cuando dos personas se casan, ellos están unidos de por vida; están unidos el uno al otro hasta que la muerte los separe – ver Mateo 19:5-6). El matrimonio es un COMPROMISO hasta que una de las dos personas muere (ver 1 Corintios 7:39). Nadie puede ser libertado de la ley del matrimonio hasta que ocurre esta muerte.
Romanos 7:4
Estoy atado por la ley. La ley tiene dominio sobre mí (v.1). ¿Cómo puedo ser rescatado y puesto en libertad? (cf. v.6). En la muerte de Cristo, YO MORÍ: Yo morí a la ley. La ley no puede morir, pero yo morí.
Mi muerte hace posible una nueva relación con un nuevo marido: “Para que seáis de Otro, del que resucitó de los muertos” (v.4). Por cuanto yo morí con Cristo, yo estoy LIBRE DE LA LEY. Por cuanto estoy vivo en Cristo, puedo ser UNIDO A ÉL EN UNA MARAVILLOSA RELACIÓN.
Dios ha hecho posible (por SU gracia) que fuéramos desatados de la ley y fuéramos juntados a Jesucristo (en UNIÓN con ÉL). Ahora Cristo tiene dominio sobre mí, no la ley. La ley es un marido terrible –estricto, inflexible, severo, rígido, exigente e inconmovible.
Pero si yo estoy muerto, ¿cómo me puedo casar con otro? En la muerte de Cristo, yo morí y en la resurrección de Cristo, yo VIVO. De modo que puedo unirme en matrimonio a Cristo.
Romanos 7:6
La ley nunca puede libertar a una persona. Necesitamos el Espíritu de Dios y la vida de Dios. El creyente puede decir, “Yo morí a la ley por la muerte de Cristo y yo vivo para servir a Dios por la resurrección de Cristo”. Pablo lo dijo de esta manera, “Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios” (Gálatas 2:19 y ver también Gálatas 2:20). ¿Has descubierto el maravilloso hecho de que como creyente en Cristo tú has MUERTO a la ley y que VIVES para Dios?
Romanos 7:7
Note lo que se nos ha dicho hasta ahora acerca de la ley en este capítulo:
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La ley suena como algo horrible. Cuán terrible debe ser la ley que yo necesite ser librado de ella y necesite ser rescatado de ella. Me tiene sujeto y atado. Excita mis pasiones pecaminosas.
La ley parece ser algo muy malo, pero no lo es, y Pablo corrige esta idea equivocada: “¿LA LEY ES PECADO?” ¿La ley es algo malo, pecaminoso, malvado? ¡DIOS NO LO PERMITA! ¡Que perezca tal pensamiento! ¡Que no sea así! El verdadero problema no es con la ley. ¡No culpes a la ley! (La pregunta es contestada en realidad en Romanos 7:12. La ley es, en efecto, lo opuesto al pecado).
Romanos 7:8
“Mas el pecado (el verdadero culpable), tomando ocasión (oportunidad) por el mandamiento (el Décimo Mandamiento), produjo (causó) en mí toda (toda clase de) codicia (anhelo, un fuerte y ardiente deseo, pasión); porque sin la ley (antes de que viniera el mandamiento-v.9) el pecado está muerto (inactivo, sin vida, dormido, mostrando poca actividad)”. Sin el espejo, la persona no se da cuenta de su cara sucia, pero cuando aparece el espejo, esa suciedad parece cobrar vida. “Guau, mira esa suciedad”. Estaba allí todo el tiempo, pero el espejo lo hizo tomar conciencia de ella. Piensa en una serpiente enrollada durmiendo al sol. Está inactiva y casi parece muerta. Pero si vienes y la golpeas y molestas, esa serpiente realmente cobra vida (es puesta en actividad). Esto es lo que la ley hace con el pecado.
Romanos 7:9
“En un tiempo” se refiere al tiempo antes de que Pablo fuese confrontado con la ley de Dios, al tiempo antes de que viniera la ley. “Vivía” conlleva el significado de inalterado, despreocupado, no darse cuenta de la grave sentencia de muerte que pendía sobre él. Todo parecía en orden (como la persona con la cara sucia que aún no se había mirado en el espejo. Todo parecía bien, pero no estaba bien. El problema está, aún cuando yo todavía no me doy cuenta). “El pecado revivió” significa “el pecado volvió a la vida, volvió a vivir” (es una palabra que se usa para la resurrección). El mandamiento hace revivir el pecado y resucita el pecado (tal como la serpiente que repentinamente volvió a la vida). “Yo morí” –de improviso me di cuenta que soy un trasgresor de la ley y los trasgresores de la ley merecen la muerte. Por lo cual la ley es llamada “el ministerio de muerte” y “el ministerio de condenación” (2 Corintios 3:7,9). La santa ley de Dios convence y “mata” al pecador.
Romanos 7:10
“Era para vida” – Esta expresión es explicada en Mateo 19:16-17 y en Lucas 10:25-28. Todo lo que una persona necesita hacer para VIVIR y para heredar la vida eterna es guardar la ley. Pero tiene que guardarla perfecta y completamente y tiene que hacerlo así durante toda su vida. El problema es que ninguna persona jamás ha hecho ésto y ningún pecador jamás hará esto. Los que tienen sus caras limpias, no tienen que temer al espejo. El problema es que ninguno de nosotros tenemos una cara limpia. Todos somos pecadores, de modo que la ley nos condena a todos. “A mí me resultó para muerte”—Cuando fui confrontado con la ley, me di cuenta de mi pecaminosa desobediencia a la ley y tuve que enfrentar el horrible castigo de una ley quebrantada, que es la muerte.
Romanos 7:11
¿Quién es responsable por engañarte y matarte? ¿Quién es el verdadero culpable? ¿Quién es el verdadero engañador y el verdadero homicida? EL PECADO.
Hebreos 3:13—EL PECADO, el engañador
Santiago 1:15 – El PECADO, el homicida
Santiago 1:15 – El PECADO, el homicida
El pecado tomó ventaja de la ley, se aprovechó de la ley.
Romanos 7:12
Este versículo es la conclusión de la sección (la conclusión es indicada por las palabras “de manera que”) y responde a la pregunta surgida en el versículo 7. El problema no es la ley. La ley es una imagen perfecta del Dios que la dio. (Es un excelente espejo. Puede mostrarme mi suciedad, pero no me puede limpiar). La ley es santa, pero no me puede hacer santo. La ley nunca puede santificar. Sólo puede mostrarme cuán impío soy. La ley es justa, pero nunca podrá justificarme (Romanos 3:20; Gálatas 2:16). Solo me puede condenar. La ley es buena, pero nunca puede hacerme bueno. Solo puede mostrarme mi miseria (Romanos 7:24) y el mal que mora en mí (Romanos 7:17-21).
Romanos 7:13
Vemos nuevamente que el verdadero culpable es el pecado. La ley no trae la muerte, EL PECADO LO HACE (Santiago 1:15; Romanos 6:23). No culpes a la ley. El verdadero enemigo es el pecado.
Pero el pecado usa lo que es bueno (la ley). “Sobremanera pecaminoso” significa “extremadamente pecaminoso”. La ley aumenta el pecado (la suciedad estaba allí todo el tiempo, pero yo no pensaba que tenía un problema hasta que me miré al espejo, y entonces pareció extremadamente sucio). Cuando quiera que nos miremos al lado de algo SANTO, nos veremos a nosotros mismos como absolutamente pecaminosos (comparar Isaías 6:1-5). Al lado de la SANTA LEY de Dios (v.12), nosotros aparecemos como totalmente impíos.
Note las tres cosas que la ley hace respecto al pecado:
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Romanos 7:14
La ley es espiritual. No hay problema con la ley. La ley no es carnal. El verdadero problema SOY YO. En el versículo 14 el pronombre “YO” es enfático. Yo soy carnal, vendido al pecado (soy un esclavo del pecado). Note cuántas veces el pronombre “yo” es repetido en los versículos siguientes. Note también que en el versículo 14 Pablo dice “Yo soy carnal”. El no está hablando de su estado pasado, cuando era inconverso, sino de su condición presente. ¿Cómo es posible que un cristiano sea carnal, un esclavo del pecado?
Sin embargo, en Romanos 7:14 Pablo no se está refiriendo a su gloriosa posición, sino a su condición presente. Se está refiriendo a su experiencia actual al vivir la vida cristiana. Y es posible que un verdadero cristiano tenga un ANDAR carnal (comparar 1 Corintios 3:1-4). Esto no significa que la vida cristiana de Pablo estuviera marcada y caracterizada por la carnalidad. Esto se contradice con todo lo que sabemos sobre el apóstol. Pero debemos decir que Romanos 7:15-24 fue la experiencia muy real del apóstol y todo creyente honesto debe confesar que de un modo u otro, él también ha tenido las mismas experiencias y que ha pasado por las mismas luchas que el apóstol describe aquí.
La esclavitud que estaba experimentando Pablo es explicada en los siguientes versículos:
Romanos 7:15
“Porque” –esto explica la expresión “vendido al pecado” (esclavo del pecado) del v.14. ¿Qué es un esclavo? Un esclavo es una persona que está bajo el dominio de otro, y por ésto no puede hacer, lo que quiere hacer; y tiene que hacer, lo que no quiere hacer, incluso, lo que odia hacer. Un ejemplo de ésto serían los hijos de Israel que sufrían bajo la esclavitud en Egipto. El esclavo israelita estaba obligado a hacer ladrillos. El no quería hacer esto, pero tenía que hacerlo. El quería hacer otras cosas, pero no podía hacer lo que quería. Del mismo modo, la persona que es esclava del pecado está en una lucha desconcertante (“no entiendo”, “no comprendo, estoy perplejo”). Lo que él quiere hacer, no lo hace. Lo que detesta hacer, eso hace. No puedo hacer, lo que quiero hacer; y tengo que hacer, lo que odio hacer.
Romanos 7:16
“Apruebo” =estar de acuerdo. Esta persona está de acuerdo con la ley. Ejemplo: “No codiciarás”. “Estoy de acuerdo. Esta es una buena ley. El mandamiento de Dios contra la codicia es santo y recto y bueno. Digo ¡AMEN! a ello. No quiero codiciar. Yo se que codiciar es malo. Odio la codicia, ¡PERO NO PUEDO HACER OTRA COSA QUE CODICIAR! Soy un esclavo de este pecado”.
Romanos 7:17
Aquí tenemos el problema del pecado que mora en mí, un gran problema que enfrenta todo creyente. Es interesante cómo Pablo hace una diferencia entre él y el pecado que mora en él: “NO YO. . . SINO EL PECADO”. Esto indica que Pablo está escribiendo desde la perspectiva de una persona salva. El yo pecaminoso no es su verdadero yo. Pablo era un hombre nuevo en Cristo, pero el viejo Pablo era responsable del pecado. Pablo no está tratando de desligarse de su responsabilidad por sus acciones, sino está distinguiendo entre las dos naturalezas, como también lo hace en el v.20.
Romanos 7:17 – “ya no soy yo, sino el pecado”. Esto es ¡EL GRITO DE DERROTA!
Gálatas 2:20 – “ya no yo, sino Cristo”. Esto es ¡EL GRITO DE VICTORIA!
Romanos 7:18
Literalmente podría traducirse: “Ninguna cosa buena mora en mí”. Esta es una frase dura, pero todo creyente necesita ver ésto y creerlo. ¿Por qué tenemos el paréntesis que contiene las palabras, “esto es, en mi carne”? Esto es otro indicio de que Pablo estaba escribiendo desde la perspectiva de una persona salva, no de una persona no regenerada. Pablo tenía que hacer esta aclaración entre paréntesis, porque él sabía que, además de su carne pecaminosa, algo (Alguien) muy bueno moraba en él (ver Romanos 8:9). “Querer” significa “desear, tener la voluntad de”. Yo quiero hacer el bien, yo quiero tener victoria sobre el pecado, yo quiero guardar la santa ley de Dios y obedecer la Palabra de Dios, pero yo NO TENGO PODER para hacerlo. Soy inhábil. Soy impotente. No puedo hacerlo. ¡Soy absolutamente INCAPAZ de vivir la vida cristiana! ¿Has hecho este descubrimiento? La nueva criatura en Cristo tiene la voluntad de hacer lo que es bueno y justo (vs. 18, 19, 21), pero no tiene poder. El poder no está en nosotros mismos, sino se encuentra solo en Dios el Espíritu Santo (Romanos capítulo 8 y comparar con Filipenses 2:13).
Romanos 7:19
El pensamiento es el mismo que en el versículo 15. El bien que quiero hacer, no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso hago. Todos estos versículos describen la lucha de quienes son verdaderos creyentes. Las personas no regeneradas no tienen esta clase de lucha, porque ellos tienen solo una naturaleza (una naturaleza corrupta, pecaminosa). Ellos desean el mal y lo hacen (a menos que sean reprimidos por otros medios). Ellos odian lo que es bueno y justo y lo evitan. Las personas no salvas pecan y lo hacen con gusto. El creyente peca y odia hacerlo. El deseo de hacer bien, tal como lo encontramos en el v.20, es el deseo del “hombre nuevo” y no el deseo del hombre inconverso.
Romanos 7:20
El pensamiento es paralelo al v.17. Soy incapaz de quebrar el poder del pecado que mora en mí. No puedo hacerlo. De igual manera, nada podían hacer los israelitas para romper el poder que los egipcios tenían sobre ellos. ¿Qué es lo que necesitaban? UN LIBERTADOR. Alguien que pudiera rescatarlos de la esclavitud por SU PODER.
Romanos 7:21
Esta ley es la “ley del pecado y de la muerte” que también es mencionada en 7:23; 7:25 y 8:2. Yo no quiero codiciar; yo quiero contentarme, pero ese pecado de codicia está en mí (en mi corazón) y como soy esclavo de ese pecado, tengo que codiciar. Yo no quiero, pero lo hago.
Romanos 7:22
Estas palabras son inapropiadas en la boca de un hombre no regenerado. Solo un hombre salvo se deleita en la ley de Dios (como David, Sal.19:7-10; cf. Sal.119:35).
“Deleitar” significa estar de acuerdo (comparar v.16 “consentir”). “Yo estoy felizmente de acuerdo con la ley de Dios”. Estoy de acuerdo con la ley de Dios y deseo sinceramente obedecerla, pero soy un esclavo y un cautivo del pecado (v.23).
Romanos 7:23
¿Quién está ganando esta guerra? El versículo 23 dice que yo ya he perdido. Soy un prisionero de guerra. Un cautivo. ¡Estoy vencido!
Romanos 7:24
“Miserable de mí” significa “desventurado”. Ver las mismas palabras en Apocalipsis 3:17. ¡Un hombre miserable en una condición miserable! Todo creyente necesita llegar al punto en que reconoce su propia miseria. Tenemos que ver nuestra desesperada necesidad, aún como creyentes. Dios nos lleva a las profundidades de la desesperación, no para dejarnos allí, sino para llevarnos a las alturas de Su gracia. El hombre miserable es un cautivo y un esclavo del pecado –queriendo hacer lo que es recto, pero no teniendo el poder para hacer el bien y termina haciendo lo que detesta.
“¿Quién me librará?” En este clamor por un LIBERTADOR, note que él no dice: ¿QUÉ DEBO HACER? o ¿CÓMO ME LIBERTO A MÍ MISMO? No, esta persona ha llegado al final de sí misma. La dependencia de sí MISMO lo ha llevado solo al fracaso y a la derrota. Ha descubierto que por sí mismo es totalmente incapaz, impotente y sin esperanza, y finalmente clama por liberación fuera de sí mismo. La ley no le puede ayudar. La ley no puede hacerlo santo. La ley no lo puede santificar. El clama por el SEÑOR, no por la ley. La ley no es cumplida por nosotros; es cumplida EN NOSOTROS (como veremos en Romanos 8:4) por el poder del Espíritu Santo, cuyo fruto es AMOR, que es el cumplimiento de la ley (Gálatas 5:22; Romanos 13:8-10).
“Este cuerpo de muerte” – comparar Romanos 6:6—“cuerpo de pecado”; Romanos 7:23 “la ley del pecado que está en mis miembros”. Nuestros cuerpos aún no han sido redimidos (ver Romanos 8:23). El cuerpo es el cuartel general del pecado morador y los miembros del cuerpo son los instrumentos del pecado morador (comparar 6:13).
Romanos 7:25
El Señor Jesucristo es el gran Libertador (Romanos 11:26 y compare 2 Corintios 1:10). La palabra “gracias” es una palabra de fe. “Yo creo que Jesucristo es mi gran Libertador del pecado. ¡Gracias! Yo creo que ya no soy esclavo del pecado. ¡Gracias! Yo creo que ya no soy prisionero del pecado, sino que soy prisionero de Jesucristo. ¡Gracias! Mi ayuda no viene de MÍ MISMO, sino de mi SALVADOR. ¡Gracias!” La victoria no viene por medio de nuestros programas carnales ni por métodos de auto-ayuda. La victoria solo viene por y en el Dios viviente: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús” (2 Corintios 2:14).
La última parte del versículo 25 concluye y resume los versículos 15-24 (“así que”). Con la mente sirvo a la ley de Dios (ver v.22), mas con la carne a la ley del pecado (ver v.23).
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